Conseguida la exoneración de mas de 47.000 euros de deuda a una madre y autónoma de San Fernando, que vio como pasó de tener varios negocios a tener que depender de su hija de 20 años

Mientras el mundo intentaba comprender la nueva normalidad tras el confinamiento, para una vecina de San Fernando comenzaba una pesadilla silenciosa. Como tantos otros autónomos, vio cómo sus pequeños negocios, su sustento y su orgullo, se desmoronaban por culpa de las restricciones sanitarias. No fue mala gestión, fue una catástrofe mundial. Pero a los bancos y a los fondos buitre no les importan las pandemias, solo los números. Y los números decían que esta madre debía más de 47.000 euros.

Vivir con 12 euros al mes, la historia de nuestra clienta es la crónica de una superviviente. Tras verse obligada a bajar la persiana de sus negocios, se encontró en un callejón sin salida. Intentó negociar, pidió reunificar deudas, suplicó un respiro a las entidades bancarias, pero la respuesta fue un portazo frío y seco.

La situación se tornó dramática: madre soltera, viviendo de alquiler en una vivienda modesta y subsistiendo únicamente con un subsidio por desempleo de apenas 312 euros. Si tenemos en cuenta que su alquiler ascendía a 300 euros, la matemática de la desesperación es sencilla: le quedaban 12 euros para vivir. Ha tenido que salir adelante gracias al apoyo incondicional de su hija, con quien convive. Mientras tanto, la deuda seguía creciendo, alimentada por intereses y reclamaciones de fondos de inversión que compraron su deuda «a precio de saldo» para reclamársela a precio de oro.

El proceso ha sido rotundo. Ante los Tribunales de lo Mercantil de Cádiz, hemos demostrado que nuestra clienta es una «deudora de buena fe». Y Juez lo ha dejado claro en una resolución impecable: ante la ausencia de bienes y la evidente buena fe de la deudora, no hay lugar para mantener la condena perpetua de la deuda.

El fallo judicial es definitivo: Exoneración del Pasivo Insatisfecho. Esas tres palabras técnicas significan, en la práctica, un milagro: la deuda de mas de 47.000 euros ha desaparecido. Se han cancelado las obligaciones con bancos, financieras y telefónicas.

Hoy, esa madre ya no es una morosa a ojos del sistema. Es una mujer libre que puede volver a tener una cuenta bancaria sin miedo al embargo, que puede respirar tranquila y, sobre todo, que puede mirar al futuro sin la losa que la pandemia le puso sobre la espalda.

Este caso demuestra que, cuando parece que no hay salida, RIVERIEGO ABOGADOS encuentra la puerta. No somos un despacho que gestiona papeles; somos expertos en rescatar personas. Acompañamos a esta madre cuando los bancos le dieron la espalda, peleamos cada euro y conseguimos que la Ley jugara a su favor. Si las deudas no te dejan dormir, recuerda que la insolvencia no es el final, es solo un obstáculo que nosotros sabemos cómo derribar.